El MERCADO soy yo — Parte 1
Por Tomás CharlesParte 1 (La propiedad privada)
Gran parte de la discusión sobre vivienda y economía se relaciona con las lógicas de un mercado (y Estado) que promueve comprar bienes raíces cuesten lo que cuesten.
Pero ¿de dónde nace esta pretensión de ser propietario de una casa o departamento?
Para hacerlo más digerible, esta será una serie de 3 posts. Pero todos son parte importante de un mismo argumento: Quizás no somos tan racionales como creemos. Así que no te lo pierdas.
Primero lo primero, el problema filosófico de la propiedad
Existe mucha literatura sobre la propiedad privada, que abarca desde la antigua Grecia hasta nuestros días, y que ha influenciado fuertemente nuestra mirada hacia la casa propia.
Los autores clásicos, los griegos, basaron su discusión en la virtud. Para Aristóteles la propiedad individual promovía la prudencia y la responsabilidad. Promovía cuidar lo propio.
Más adelante, hacia la edad media, Tomás de Aquino continúo desarrollando este pensamiento de la virtud expresada mediante el uso adecuado de lo propio, agregando un factor de mérito divino .
De acuerdo con el orden natural establecido por la Divina Providencia, las cosas inferiores fueron comandadas con el propósito de suplir las necesidades del hombre […]
Así la propiedad era un derecho natural
¡Entregado por Dios mismo!
Más adelante John Locke, filósofo inglés, partió por observar la desigualdad que acompañaba a la propiedad privada en el siglo XVII, pero logró articular una explicación moral que la justificara, a pesar de sus infortunios:
[...] cada hombre es dueño de su propia Persona. Nadie, salvo él mismo, tiene derecho a ella. El trabajo de su cuerpo, las obras de sus manos, podríamos decir, son auténticamente suyas. Entonces, todo aquello que él saque del estado en que la naturaleza lo ha producido y dejado, y lo mezcle con su trabajo, lo une a algo que le pertenece, y por lo tanto lo convierte en su propiedad. Al ser sacado por él del estado común en el cual lo puso la naturaleza, tiene, mediante su trabajo, algo que se le ha anexado, que excluye el derecho general de los otros hombres.
Con esto Locke enlaza la propiedad privada con el trabajo, idea que en el siglo XX rescatarían Milton Friedmann y Friedrich Von Hayek, quienes propusieron que la propiedad privada no solo sería el motor del desarrollo, sino el camino a la libertad. En palabras de Hayek:
[...] El sistema de propiedad privada es la mayor garantía de libertad, no solo para quienes la poseen, sino también para quienes no. Es solo gracias a la distribución del control en los medios productivos, entre muchos individuos actuando independientemente, que nadie tiene poder sobre nosotros, que nosotros, como individuos, podemos decidir qué hacer
Esta idea, sumada a la sacralización de un sistema neoliberal en países como EE. UU. y Chile, ha hecho que la capacidad de compra, y de paso la casa propia, no solo sean una recompensa ante el arduo trabajo, sino el camino seguro a la libertad y el bienestar.
En otras palabras, lo propio es lo que nos hace libres, y la libertad lo vale todo. ¡Incluso una deuda a 30 años! Pero ¿es esta una conclusión racional?
La teoría de mercados asume que sus participantes son totalmente racionales e informados. Pero a veces nuestras decisiones se ven influenciadas por otros factores, como posturas culturales, o deseos intrínsecos del ser humano, como el deseo de ser libres.
Por otra parte, por racionales que intentemos ser, muchas veces no tenemos la información necesaria para tomar las decisiones correctas.
Ahí es donde entra URVANA, queremos transparentar el mercado inmobiliario desde su raíz; la compra de terrenos para desarrollo de viviendas.
Y quizás el día de mañana ayudarte a tomar mejores decisiones en distintas partes del mercado inmobiliario. No te pierdas la parte 2 para explorar si la compra de la Casa Propia es tan racional como parece.